En un tiempo en el que el vino riojano parece abdicar de sus señas de identidad tradicionales, cuando el Tempranillo extiende su imperio en vinos monovarietales y la idea del cupage de variedades cultivadas en las distintas subzonas de la denominación parece retraerse, Basilio Izquierdo propone con sus vinos un retorno a la selección personal de viñas muy viejas distribuidas por toda la geografía riojana: Garnacha blanca de San Vicente de la Sonsierra y Briones, para elaborar un blanco único. Para su tinto, Tempranillos de Leza y de Laguardia por su fruta y su frescura; de Haro, por su elegancia. Garnachas tintas de Tudelilla o de Cárdenas, que supondrán un tercio del cupage final, como en todos los grandes vinos riojanos históricos. Graciano también de Haro, apenas un apunte, que añadirá estructura al esqueleto. Y todo ello sin ataduras, escogiendo cada año las mejores cepas de aquellos viñedos viejos que se encuentran en un estado óptimo para aportar un matiz diferencial.
Elaboramos nuestros vinos en la antigua Cooperativa El Collado en Laguardia, unas instalaciones peculiares, creadas en los años ochenta para que los cosecheros de la zona contaran con infraestructuras individualizadas para la elaboración de sus vinos extramuros de la capital del vino de la Rioja Alavesa.
Para la elaboración de nuestros vinos buscamos siempre viñas antiguas de las que elegimos solo los mejores racimos que hayan alcanzado el grado de madurez ideal y los recogemos manualmente en pequeñas cajas de unos 15kg.
Basilio Izquierdo, nacido en Socuéllamos (Ciudad Real) y enólogo por la Universidad de Burdeos, cuenta entre sus primeras experiencias enológicas el haber participado, allá por 1972, en el renacimiento de la variedad Verdejo en la actual D. O. Rueda, de la mano de Emile Peynaud y las Bodegas Marqués de Riscal. Aquella experiencia, sumada a múltiples vendimias realizadas en Francia, dio paso a su consagración como uno de los grandes enólogos de Rioja al comenzar a ejercer como Director Técnico y responsable de proyectos de investigación y desarrollo de C.V.N.E, una relación que se extendería durante más de tres décadas -con hitos como la puesta en marcha de Viñedos del Contino en 1974- y que le llevaría a convertirse en uno de los protagonistas de la gran revolución técnica del vino riojano en su etapa de mayor expansión. Toda esa experiencia acumulada es la base de sus vinos y de la gran obra de su vida, su propia bodega.